miércoles, 31 de diciembre de 2008
El Juego de Gerald - Stephen King
martes, 30 de diciembre de 2008
Coma - Robin Cook
domingo, 28 de diciembre de 2008
Arkham Asylum - Dave McKean/Grant Morrison
sábado, 27 de diciembre de 2008
Amphitryon - Ignacio Padilla
viernes, 26 de diciembre de 2008
Cujo - Stephen King
jueves, 25 de diciembre de 2008
Estación Hawksbill - Robert Silverberg
Cien Años de Soledad - Gabriel García Márquez
La Larga Marcha - Stephen King
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Watchmen - Alan Moore/Dave Gibbons
martes, 23 de diciembre de 2008
El Talisman - Peter Straub/Stephen King
La sombra de Poe - Matthew Pearl
domingo, 19 de octubre de 2008
La Naranja Mecánica - Anthony Burgess
La historia de Alex deja dos moralejas: la primera, algo intrincada, habla de la libertad.
En un futuro (tal vez), donde la violencia parece ser algo de todos los días, crece Alex, terriblemente libre, pero que no sabe el costo de la libertad que posee. Disfruta de la violencia, ama la violencia, disfruta las peleas callejeras en compañía de sus drogos (amigos), violar mujeres y golpear a personas indefensas, pero también ama la belleza, representada por su gusto por la poesía, el lenguaje y la música clásica.
Pero al parecer no entiende lo que es la “libertad” y la confunde con “libertinaje”, disfruta de un modo tan salvaje, sin darse cuenta, o sin querer darse cuenta, de sus excesos.
Después, la misma sociedad que permitió que Alex fuera tan “libre”, le arrebata su ser, lo amolda a una idea preconcebida de lo que debe ser el adolescente, lo limita y lo tortura a su manera, puliendo el diamante en bruto para volverlo presentable. Es ahí cuando Alex deja de ser Alex, y se convierte en una víctima, atrapado entre dos mundo: del que acaba de salir, donde ya no es bienvenido, al que acaba de llegar, dónde no todos lo aceptan.
La segunda moraleja es más simple, más kármica: todo se te regresa, tarde o temprano, lo bueno y lo malo, y muchas veces son las personas menos imaginadas (aquellas a las que dañaste) las que te terminan ayudando o por lo menos demostrando que el proverbial “ojo por ojo” no siempre es válido. Los personajes que afectó durante la primera parte de la película se vuelven recurrentes, después de la “desviolentización” de Alex, algunos para perjudicarlo (como sus supuestos amigos) y otros para ayudarlo a aceptar su nuevo yo.