lunes, 30 de agosto de 2010

La Sombra - John Katzenbach


El detective (retirado) Simon Winter está a punto de terminarlo todo cuando su vecina, la vieja señora Millstein, toca a su puerta. Lo ha visto. Ha visto a Der Schattenmann, el infame delator judío que en 1943 traicionaba a su propia raza frente a los nazis. Pero no es Berlín en 1943, sino Miami en algún momento de finales del siglo XX, Der Schattenmann no puede estar ahí. O eso creía el ex-detective Winter hasta que la señora Millstein es asesinada.

Alguien está matando a los judios supervivientes del Holocausto en Miami. Un cruel asesino que no se detuvo cuando sus víctimas suplicaban en los callejones de los barrios judíos en Alemania. Un asesino que está terminando su trabajo pendiente. Der Schattenmann, La Sombra.

Katzenbach sigue siendo una recomendación. Historia bien llevada, giros interesantes y lo mejor: personajes inteligentes y creíbles. Katzenbach se evita muchísima paja, subtramas innecesarias y anotaciones al margen que distraigan al lector, se centra en lo que está contando y lo hace bastante bien.
Es la segunda obra que leo de él y no le encuentro ningún pero. A lo mejor porque apenas me estoy adentrando en éste tipo de historias y me falta leer a más autores. Pero por mientras, disfruto a John Katzenbach.

La Sombra - 9

lunes, 5 de abril de 2010

Las Ruinas - Scott Smith


Scott Smith junta en un libro dos premisas sumamente sobadas de la literatura de horror: el Pueblo Pequeño con un Secreto Mortal y el Naufragio.
Los lugares comunes abundan desde el principio, marcando el destino de los protagonistas desde sus primeras palabras: los gringos que están de vacaciones en un país que no es el suyo e insisten en visitar el Pueblo Pequeño con un Secreto Mortal, dentro del grupo está el payaso que los mete en problemas y el boy scout/líder, y sus correspondientes intereses amorosos, otro extranjero que les solicita ayuda y es el motivo por el cual visitan el Pueblo Pequeño (encarnado en el eficiente y práctivo alemán, Mathias, el otro líder del grupo) y el extranjero que sólo les acarrea problemas (el griego "Pablo", quién sólo lleva en su mochila tequila y nadie entiende lo que dice); no oyen las advertencias, hacen lo que no deben hacer, se enfrentan al Secreto Mortal y terminan con los elementos del Naufragio.

En este caso los protagonistas se enfrentan a una antigua mina/pirámide, en cuyo interior y exterior crece una enredadera que es capaz de percibir a los humanos y cuyo toque sugiere la muerte. Por este motivo, los nativos del Pueblo Pequeño no permiten que nadie se acerque a Las Ruinas, ya que no pueden dejar que dicha planta salga de su encierro. Cuando los protagonistas cometen el error de entrar en contacto con la enredadera, los nativos los obligan a permanecer en Las Ruinas, a merced de la extraña planta, mientras van sucumbiendo a la sed, al hambre y a ellos mismos.

Como villano, la enredadera es cruel. Obviamente no es una planta normal (y aunque no dan pistas de su origen) Jeff intuye, de forma correcta, que la planta piensa, siente y se alimenta, y que es capaz de utilizar sus múltiples trucos para atrae a sus presas.
Me gustó del libro la aceptación inmediata de los personajes a su enemiga: no se pierden páginas teorizando acerca del origen y alcance de la planta, sólo son sus víctimas, mientras esperan que alguien llegue a salvarlos.
Los personajes tienen cierta credibilidad, en algunas partes yo si alenté el triunfo de sus esperanzas y lamenté la dirección de sus decisiones. Aunque no me identifiqué con ninguno (ni siquiera con el médico [porque tenía que haber un médico para darle coherencia a algunas partes]), si deseé el término, de una forma u otra, de sus desventuras.

El final es hollywoodesco, basado en películas de corte similar, y con el típico arribo del siguiente grupo de desgraciados que no tienen idea de lo que les espera. Sin mensajes morales posteriores ni sermones de ningún tipo sobre los peligros de visitar tierras desconocidas.

Es un buen libro, sin páginas de más, y una alternativa para los que gusten de las películas de terror del mismo estilo (por cierto, con sólo ver el trailer uno se da cuenta que despedazaron la historia original). Aunque el libro no deja de caer en situaciones antes vistas, vale la pena la lectura al presentar a un villano fresco después de tanto tiempo de ser perseguidos por hombres con machetes.

Y si, lo compré porque en la portada utilizan el también sobado truco de poner palabras de Stephen King elogiando la obra. Por cierto, noté ciertas similitudes entre éste ralato y La Balsa, del autor de Maine, tanto en las características de los personajes como en la situación en general (recordando que La Balsa es, a su vez, un tributo a La Mancha Voráz).

Las Ruinas - 8

viernes, 5 de marzo de 2010

Después del Anochecer - Stephen King


Soy un defensor empedernido de Stephen King. Puedo defender casi cualquiera de sus libros: desde Dreamcatcher con sus monstruos de caca hasta Lisey´s Story con su trama apurada y casi incoherente. En un buen día hasta escribiría un par de cosas positivas de Cell. En serio.

Sobre todo, soy fan(s) de sus recopilaciones de cuentos cortos: Pesadillas y Alucinaciones, Todo es Eventual, El Umbral de la Noche, Historias Fantásticas. Maravillosos relatos de un King en sus distintas épocas, pero cada uno con su sello particular.

A lo que me trae a su última antología, Después del Anochecer o Just After Sunset en su titulo original. Compré el libro bastante entusiasmado, y aunque suelo leer sus libros de inmediato y en poco tiempo, éste me costó algo de trabajo pasarlo, y es que se nota que a Stephen King se le está agotando la mina de creatividad desde hace un poco de tiempo. Siento los relatos de ésta antología inconclusos, como si fueran borradores de historias más codiciosas y completas, y me duele decir que, de todas sus historias, las de éste libro se encuentran entre mis menos favoritas, por decir así.

Los cuentos incluídos son los siguientes:
Willa - Una historia de fantasmas un tanto peculiar, pero que parece escrita con algo de prisa. Es una manera muy floja de iniciar el libro.
La chica del pan de jengibre - De los relatos "buenos" de ésta recopilación, sobre una chica víctima tanto de su pasado como de un loco, y descubre que correr de ambos no la llevará a ningún lugar.
El sueño de Harvey - Éste es más una fotografía de una peculiar mañana entre una pareja de mediana edad.
Área de descanso - Otra fotografía, no demasiado buena, tomada por Richard Bachman.
La bicicleta estática - Otro cuento decente, pero con una trama inverosímil y no muy buena que digamos, donde un hombre sufre alucinaciones provocadas por su propio organismo mientras trata de que los "hombrecillos" que limpian su cuerpo queden despedidos.
Las cosas que dejaron atrás - Este es de los que más disfruté, un relato sobre un sobreviviente del 9-11 y los recuerdos que los amigos y conocidos son capaces de dejar en los objetos.
Tarde de graduación - Otra fotografía, sobre como una bomba atómica puede destruir sueños y esperanzas.
N - De mis favoritos de ésta antología, un relato un tanto lovecraftiano sobre un terror indescriptible que vuelve locas a las personas que tratan de mantenerlo en su propia dimensión.
El gato del infierno - Un relato escrito por allá de los setentas, pero incluso éste "bonus track" se queda corto como relato.
The New York Times a precio de ganga - Una historia de fantasmas, otra sobre el 9-11, que guarda cierta similitudes con "Lo siento, número correcto".
Mudo - Una leyenda urbada escrita al estilo King. Entretenida.
Ayana - Si John Coffey hubiera tenido una hija, o una hermana pequeña, éste cuent formaría parte del epílogo de "La Milla Verde".
Un lugar muy estrecho - Y como cierre mediocre de éste mediocre libro, éste relato donde sabemos qué sucede, cuando sucede y con un desenlace gris.

Desconozco el plan editorial de Stephen King, pero siento que en ésta ocasión el tiempo se le fue encima y le dio a sus editores viejos relatos no muy trabajados que tenía guardados para salir del apuro. Espero que no sea su última recopilación, y espero que, si saca otra, le de una gran revisada antes de mandarla, para que no sea de una calidad tan desconcertante y de la cual no estábamos preparados.

Just After Sunset - 4